Por Mónica Blanco, alumna de GAD 2º 

Me gustaría contar cómo fue mi primer campamento y mi primera vez que salí unos días fuera de casa

Yo era una persona que no salía nunca con gente ni con sus padres, Mis padres me decían quieres hacer esto o lo otro y yo les decía que no quería salir con ellos a ningún sitio. Hasta que un día una compañera de mi madre la dijo que debería probar una comunidad religiosa llamada Fe y Vida; todos los viernes iba a una asamblea para alabar al Señor y luego nos juntábamos todos los que estábamos en dicha asamblea.

Ese verano nos uníamos todos para compartir nuestros corazones, conocernos y pasarlo bien. Todos los días nos levantábamos a las siete de la mañana para desayunar, después salíamos a la calle para dar una vuelta y ver el monasterio donde nos alojábamos. Por la tarde hacíamos las actividades que nos tocaban. El segundo día veinticinco personas iban a surf y otras veinticinco hacían tiro con arco. El tercer día las cincuenta personas restantes se dividían en dos grupos y unos hacia surf y el otro grupo hacía paseos a caballo. El último día del campamento hicimos una fiesta y un concierto para despedirnos todos. .Todos los días por las mañanas nos daban charlas y pedíamos a nuestro monitor poder hablar con él a solas parar resolver dudas y hacer retos. Cuando nos empezábamos a ir, todos llorábamos porque se acababa estar juntas, divirtiéndonos y pasándolo bien. Casi se me olvida, todas las noches había un concierto que duraba tres horas de diez a doce de la noche. Llegue a casa triste porque no quería irme del campamento y por no ver más a las amigas que me había hecho de otros lugares de España.

Si tuviera que darle una valoración le daría un 10 porque no tengo nada que cambiar en las actividades y la explicación de los monitores se entendía muy bien. Era mi primer año en este campamento, no conocía a nadie. Ahora que lo he dejado porque creo que en la comunidad no paraban de hablar de alabar al Señor y ese no era mi sitio, me siento contenta de que por lo menos tengo a las amigas que tenía allí y una vez cada cuanto voy a Torrelavega y voy a verlas y quedar con ellas. Allí conocí a mucha gente maja y simpática pero no me sentía relacionada con ellos sobre ese tema.

Gracias a este hecho soy una persona diferente, salgo más. Este año estoy deseando ir al campamento no por el tema que tratan sino para ver a esas personas de otros lugares que es muy difícil juntarnos si es por una causa así y pasármelo genial.

Ahora voy con un grupo de chicas más mayores y más pequeñas que yo, dos horas por la mañana los viernes, me entere de este grupo hace dos semanas y trata de hablar sobre los sentimientos y las emociones de cada uno de los que componen el grupo.